Comida para perros

Hay varias formas de alimentar a un perro adulto. Los alimentos secos o piensos de calidad son los más prácticos y equilibrados. Lo importante es elegir una alimentación rica en proteína animal (al menos un 30%). 

La mejor alimentación se adapta a sus necesidades según su edad, peso y tamaño. La comida húmeda, ya sea en salsa, en gelatina, paté o mousse debe ser ocasional. A título indicativo, una ración doméstica debería contener 4/10 de carne, 3/10 de arroz o pasta, 2/10 de verduras, 1/10 de suplementos minerales y vitamínicos, así como una cucharada de aceite de salmón o de cáñamo.

Cuando un cachorro crece y se convierte en adulto, un perro es esterilizado o se hace mayor, es necesario cambiar su alimentación. Cualquier cambio debe ser gradual, para que el tracto digestivo pueda adaptarse. Por regla general, el cambio de alimentación requiere un periodo de transición, que se realiza a lo largo de quince días, añadiendo gradualmente el nuevo alimento al anterior. 

Puedes empezar dándole 2/3 de la comida antigua mezclada con 1/3 de la nueva durante cuatro o cinco días. Luego le das mitad y mitad durante cinco días. Las siguientes raciones son un tercio de la antigua comida y 2/3 de la nueva durante cinco días antes de pasar definitivamente a la nueva alimentación.

Un perro con una edad avanzada debe recibir una alimentación de alta calidad, perfectamente adaptada a sus necesidades específicas. La comida casera requiere mucho tiempo y puede provocar deficiencias. Una alimentación basada en productos frescos debe complementarse con algunos suplementos de minerales y vitaminas. 

La comida para perros senior está diseñada para satisfacer sus necesidades y prevenir la acumulación de sarro. Estos alimentos para perros mayores contienen más nutrientes, menos calorías y son más fáciles de digerir. Si tu perro senior es más difícil de contentar con la comida o tiene una mala dentadura, la comida húmeda puede ser más adecuada, aunque cualquier cambio en la alimentación debe hacerse gradualmente.

Aunque tu perro te ponga esos ojitos, hay algunos alimentos que nunca debes darle. Entre las chuches que un perro nunca debe comer está el chocolate, es perjudicial para él. También debes evitar los huesos cocidos; cuando se rompen, estos huesos forman astillas y fragmentos que pueden perforar el estómago o los intestinos del perro. 

Debes evitar darle huesos de pollo (y aves de corral, en general), o conejo. No debes darle ajo, cebollas, patatas crudas, o frutas como las uvas, las ciruelas, las peras, los albaricoques, las cerezas o los aguacates. Y aunque la yema de huevo es muy nutritiva, no añadas la clara a la alimentación del perro.

El perro de caza es un perro deportivo que tiene unos requisitos nutricionales especiales. Durante la temporada de caza, es recomendable darle un pienso de alta calidad específico para perros de caza. Se pueden complementar con algún tipo de aceite vegetal, vitaminas y minerales. Puedes aumentar la ración habitual un 20% en los días de mayor actividad o complementar la ración normal con yema de huevo.